lunes, 7 de julio de 2014

Gran Trail de Peñalara 2014... así, para empezar bien las vacaciones...

... viernes 27 de Junio de 2014, hoy me quedo en casa teletrabajando... es el último día antes de coger la mitad de las vacaciones de verano, quince días para olvidarse un poco de todo... ¡COÑO!, que antes del "relax" tengo por delante un "pequeño paseo" por la sierra de guadarrama.



Como iba a olvidarme de esto, llevaba toda la semana mascando el tema, con el ojete bien apretado sabiendo lo que se nos venía encima, un poco menos nervioso de lo esperado, el mes de junio ha sido relativamente bueno en lo que a entrenos se refiere y visto lo visto en el MAM, controlando los ritmos y cuidándome mucho de no forzar las rodillas, tenía la sensación de que pasito a pasito, podía llegar a cualquier sitio (aunque fuese una vuelta de 110Km por Guadarrama).

No hay mucho que contar de los previos, apenas cuatro escapadas a la montaña (un par para conocer las dos primeras dificultades montañosas de la carrera) era el bagaje que llevaba en las piernas, no podía hacer muchas cuentas, el objetivo este año no va más allá de acabar dignamente las carreras. En esto del deporte no hay mucho truco ni secreto, a más entreno, mejor resultado... pero aún asumiendo esta realidad, me salen unos números difíciles de creer cuando planifico los tiempos de paso por los distintos puntos de avituallamiento de la carrera. No son más que números, hay mil factores imposibles de controlar que pueden hacer variar estos cálculos, así que, me lo tomo como mero ejercicio de pre-visualización del recorrido.

El tema del material, de momento sigo sin controlarlo demasiado bien, pero creo que voy afinando poco a poco. La verdad es que asusta ver todo lo que uno saca de los armarios para una "simple" carrera.

Me planto en Navacerrada a las 18:30 de la tarde, voy a ver que se cuenta en la charla técnica y así aparco sin problemas lo más cerca posible del polideportivo, mucho tiempo hasta las 22:30, pero en casa ya no hay quien pare.

Al final entre unas cosas y otras el tiempo se pasa volando, me como mi ración de pasta y me pongo el "disfraz" de runner. He quedado con "Paquito" y un amigo suyo para ir hacia la salida, la idea de hacer la carrera en compañía calma en cierta medida la ansiedad que dan estos 110Km.



LA CARRERA

No hay mucho tiempo para pensar, no se que ha pasado con el reloj pero el gran "Depa" ya esta narrando la cuenta atrás, enciendo mi Go-pro que esto arranca, merece la pena grabar estos minutos de gloria, ¡cuanta energía contenida!, ¡cuantos sueños por cumplir! y cuantas veces la misma frase en la cabeza... "madre, la que me espera...".



Tres, dos, uno... ¡¡arranca la carrera!!, salimos en tropel por las concurridas calles de Navacerrada... mucha gente jaleando, carteles de ánimo y gritos de aliento a la multitud, momentos que se quedan grabados en la memoria, en cuestión de diez minutos todo se torna oscuro y silencioso. La carrera se estira muy rápido, apenas comenzado el camino de la Barranca ya se abren huecos, he tenido que parar a mear. Intento no parar de correr para dar alcance a los que pensaba iban a ser mis compañeros de fatiga, pero después de diez minutos y viendo que ya todo el mundo ha empezado a caminar, desisto, espero encontrarles en el primer avituallamiento, me centro en mantener un ritmo que no me desgaste, que queda un mundo por delante.

Las sensaciones durante estos primeros kilómetros no son nada agradables, ya me pasó en las dos ultimas carreras, las piernas pesadas, sensación de agobio y un cansancio injustificado, incluso algún que otro pinchazo en una rodilla. Como ya me ha pasado antes, confío en que todo pasará una vez entre en calor, aunque resulta complicado mantener la mente fría ante tal avalancha de malas sensaciones. Espero con impaciencia que la pista termine y empiece ya el tramo de sendero (mucho más entretenido) de subida a Maliciosa.

No llevamos más de una hora y media de carrera y empiezo a estar ya un poco cansado del tema del frontal, es la primera vez que corro tanto tiempo de noche y la falta de experiencia se nota, a veces tengo la sensación de ir un poco mareado, la oscuridad no te permite un momento de descanso, hay que ir muy concentrado para no tropezar, aún así, intento parar de vez en cuando al borde del camino para contemplar la impresionante estampa de cientos de frontales luciendo en procesión, uno detrás de otro.

La parte final de la subida a Maliciosa se hace eterna, no soy capaz de coger ritmo, no es fácil adelantar en estos tramos y más de noche, al salir tan atrás y con la parada técnica que tuve que hacer nada más comenzar la carrera, tenía mucha gente más lenta por delante, se me va 1h50' hasta la cima, y lo peor está por llegar, conocía la bajada del entreno que había hecho un par de semanas antes y se antojaba complicadilla, bastante más que la subida (ya definitivamente me declaro fan incondicional de las cuestas). Al final la cosa no es para tanto, principalmente porque el grupo que llevo delante va muy despacio, así que con paciencia vamos bajando hasta llegar a los pies de la pedriza, donde ya se puede incluso trotar en la mayoría de los tramos.

La noche avanza, he adelantado a varios grupos y hace rato que voy solo, ya me he acostumbrado al bamboleo de la luz del frontal sobre el camino y poco a poco me voy encontrando un poco mejor, aunque he tenido que parar un par de veces durante la última hora para quitarme las incómodas piedrecitas que se meten en mis zapatillas, es una de las cosas que tengo que atender con extremo cuidado, los pies, no quiero volver a pasar otra vez por el infierno de las terribles ampollas, el otro tema a cuidar, las rodillas, de momento no da guerra alguna.

El primer avituallamiento se hace esperar, son 19Km hasta el parking de Canto Cochino (19Km/3h36'), son las dos de la mañana, vaya horas para andar corriendo por la montaña. Llegar me da un subidón tremendo, ya hemos pasado la primera de las cuatro dificultades montañosas de la prueba, lo que viene ahora hasta el Kilómetro 50 es menos complicado (eso es lo que me digo a mi mismo para darme moral). Me siento un rato e intento reorganizarme un poco, recargo los bidones de agua (he llegado prácticamente seco), me tomo un gel, una pastilla de sal y una barrita (esto me cuesta más que subir a maliciosa, tengo que pensar en comprar otro tipo de barritas energéticas), me meto un par de geles en los bolsillos y busco algo para llenar el estómago. Hay poco que comer, algo de fruta y unos cacahuetes son lo único que encuentro. ¡¡Donde están mis bollicaos!!, a la próxima carrera van a la mochila seguro.

Cuesta ponerse en marcha de nuevo, he intentado optimizar el tiempo de parada, pero aún así, han sido casi 10 minutos entre unas cosas y otras, así que sin más demora, volvemos a encender el frontal y nos ponemos en marcha. No me esperaba un tramo tan duro de subida así de primeras, en el perfil no parecía tanto, pero claro, ¡¡en el papel las cosas son tan distintas!!. Lo positivo es que ahora las piernas empiezan a funcionar, subo a un ritmo más que alegre y voy adelantando a cuantos corredores encuentro, solo pienso que cuando llegue al siguiente avituallamiento (Hoya de San Blas), estaré en terreno conocido y además sabiendo que es terreno "amistoso".

... pero amigo, esto es más largo que un día sin pan, y tan pronto estás de puta madre como hundido en la más absoluta miseria, ya llevo unas cuatro horas de carrera y una vez terminada esa rampa de 300m D+ he empezado a sentir ligeras molestias en la parte del tendón de aquiles... en ambos tobillos, para colmo hace rato que tengo la sensación de que veo más bien poco, al principio no le doy demasiada importancia a ninguna de las dos cosas, pero según pasa el tiempo y veo que, lo de los tobillos va a más y lo de la luz, a menos, empiezo a comerme un poco la cabeza.

Supongo que el tema del Aquiles viene por la caña de las últimas semanas, el problema es que aún no hemos completado ni la mitad de la carrera y si esto empieza a dar guerra, la cosa puede ponerse muy fea. Del tema del frontal, pues menos mal que llevo otro de repuesto, poco antes de llegar al segundo avituallamiento tengo que parar y hacer el cambio, los tropezones eran ya demasiado frecuentes y apenas veía ya por donde pisaba.

Se que me queda poco para llegar al avituallamiento, conozco la pista por la que ahora corro a buen ritmo, sigo pasando a pequeños grupos de corredores, ya me he acostumbrado a la molestia en los Aquiles y como no va a más, sigo haciendo "mi carrera", manteniendo un trote que no me exige demasiado pero constante y andando solo cuando la cosa se pone "cuesta arriba".

Por fin llegamos al avituallamiento de la Hoya de San Blas (18Km/5h57'), segundo de la carrera, poco más de 2 horas desde Canto Cochino, un oasis entre tanta oscuridad. Me hago con una silla y volvemos a repetir la operación, vaciamos zapatillas, recargamos bidones de agua, otro gel, pastilla de sal y los frutos secos & fruta que hay en el avituallamiento... no soy capaz de calmar totalmente el vacío que siento en el estómago y definitivamente no puedo con las barritas energéticas que llevo encima, así que habrá que aguantar un poco más para meter algo "solido" al estómago. Aunque me lo he tomado con calma, en apenas 6 minutos ya estoy otra vez en camino, todo este tramo lo conozco bien, bastante pista y solo un par de tramos de sendero empinado para llegar al puerto de la Morcuera, ponemos el piloto automático y a distraer la mente con lo que se pueda durante las próximas dos horas. Mi principal entretenimiento en este tramo es intentar dar caza a los corredores que llevo delante, entre los pequeños piques y que la luz del amanecer me da un plus de moral, voy dándole a las piernas y cuando me quiero dar cuenta estoy llegando a la carretera que corona el puerto, el tema de los tendones sigue preocupándome porque va en aumento, pero ahora solo pienso en llegar al avituallamiento y comer algo que voy con un agujero negro en el estómago.

El avituallamiento del Puerto de la Morcuera (40Km/8h13') está concurrido y cascabelero, con la luz del día las cosas se ven con otros ojos, no saben los voluntarios lo que se agradecen esas palabras de ánimo y la atención que, durante esos poco minutos te ofrecen. Toda mi admiración por todas esas horas de dedicación para que unos pocos descerebrados podamos hacer estas locuras.

Son casi las siete de la mañana, han sido algo más de 2h05' lo que me ha costado superar este tramo de carrera, ahora a pensar en la bajada a Rascafría para completar casi la mitad del recorrido, 14Km por pista cómoda y algo de asfalto antes de entrar en el pueblo... y además, ¡todo cuesta abajo!, así que no nos demoramos mucho que hace fresquito, picamos un poco de lo que hay y repetimos las típicas operaciones de llenado de bidones, gel y pastilla de sal... que ganas de hincar el diente a comida de verdad.

El tramo hasta Rascafría resulta un poco aburrido, la mayor parte del recorrido solo, apenas tengo contacto con cuatro o cinco corredores, como el terreno es propicio, corro a buen ritmo, hasta que después de una hora a velocidad más o menos constante, mis rodillas se suman a la fiesta y manifiestan su queja por el esfuerzo, así que no me queda más remedio que alternar un kilómetro caminando, por dos corriendo, ese es el pacto de no agresión al que puedo llegar a estas alturas de carrera.


Llego al monasterio de Santa María de El Paular, todo sigue en calma, son poco más de las ocho y media de la mañana, me tomo con calma los dos kilómetros que me quedan hasta el pueblo, hay que ahorrar fuerzas para lo que se avecina. Casi llegando al avituallamiento veo al primer corredor de la TP60, que salió de Miraflores a las ocho de la mañana, es Raúl García Castán, va como una moto, es un visto y no visto.

Y por fin llegamos al avituallamiento de Rascafría (54Km/10h24'), ya hemos hecho "casi" la mitad de la carrera, la cabeza tiende a simplificar mucho las cosas en estos casos, "solo" me queda hacer lo que ya he hecho hasta ahora. De todas formas tengo motivos parar ver con optimismo el panorama, por un lado, podré al fin acabar con esa incómoda sensación de vacío estomacal que llevo ya desde hace muchos kilómetros, del tema físico, no puedo quejarme, las piernas van muy bien, las molestias en tobillos y rodillas parecen no ir a más si no fuerzo mucho la marcha, y de los pies no he tenido noticias. Otro tema positivo, es que por fin me reencuentro con Paco y su amigo, aunque me comentan que llegaron hace un rato y ya se marchan... ¡joder!, y eso que me dijeron que iban a ir en plan tranquilo, tendré que darme un poco de vidilla si quiero cogerles.

Tenía programados 20 minutos de parada, así que me lo tomo con relativa calma, cojo la bolsa que tan gentilmente nos ha traído la organización desde navacerrada y hago acopio de geles (las barritas ni las toco) e isotónico para lo que queda de carrera, dudo sobre si cambiar ropa y calzado, primero me como un bocadillito de jamón y queso y luego ya veremos. Revisión de pies, de momento todo correcto volvemos a dar un poco de vaselina y finalmente cambiamos de zapatillas (Salomon), y ya que estamos nos ponemos más frescos, que el día promete. Tampoco olvido en esta ocasión el tema de la crema solar, después de achicharrarme en la Trasnvulcania ya no volveremos a cometer el mismo error. Devolvemos la bolsa y me preparo otro bocadillo de jamón para el "camino" (a falta de bollicaos...). 19 minutos y ya estamos otra vez en marcha, empieza la "otra" carrera.

Afrontamos el tramo del puerto del Reventón, pista en moderado ascenso que hago con paso vivo, me siento fuerte, el cambio de ropa me ha venido que ni pintado y con las nuevas zapatillas han desaparecido las molestias en los tendones de Aquiles (las Salomón tienen más drop - el talón más alto -). Nos van pasando corredores de la TP80 y TP60, resulta un poco confuso al principio pues no te esperas que a estas alturas de la carrera, alguien te pase con tanta facilidad. Con tanto movimiento y gente, el tiempo se pasa volando, llevamos al siguiente avituallamiento con la mente puesta en Peñalara y su famoso balcón de claveles...

Avituallamiento del puerto del Reventón (63Km/12h11'), han sido 9 Km desde Rascafría que me han llevado 1h35', apenas paro un par de minutos para rellenar los bidones de agua y comer algo de fruta, de momento sigo con mi rutina de geles y pastillas de sal, siempre llevo algo en los bolsillos para no tener que andar quitándome la mochila más de lo necesario, como tengo de todo, no demoramos más el tema, en 3' estamos otra vez en marcha, lo más duro está por llegar.

Nos esperan 17 Km por delante hasta el siguiente avituallamiento, primero el punto más alto de la carrera, Peñalara (2429m) con un trazado muy técnico, después la pertinente bajada hasta la Granja, por terreno nada cómodo, pero vamos paso a paso, que primero tenemos que llegar a los pies de Peñalara y aún se adivina muy lejos en el horizonte.


Se me hace un mundo la aproximación al mítico pico madrileño, es una tortura ver constantemente la cima siempre a tomar por culo, se dan mil rodeos hasta llegar por fin a la laguna de los pájaros, además el calor aprieta y siento que no voy tan fresco como antes, aún así, por fin alcanzo a mis "compañeros", con los que hago la sufrida subida a la cresta de Claveles. Tremendo este tramo, hay que ir con cuidado que las piernas llevan ya mucho tute y un mal paso asegura un buen guarrazo.


Merece la pena tomarse un respiro y hacer alguna foto del momento, sin duda esta es una de las partes más espectaculares de la carrera y hay que "disfrutarla" como se merece.



Me sorprende la cantidad de gente que hay animando, además de excursionistas que nos miran con cierto asombro, se agradece un mundo cada palabra de aliento, alimentan la moral y te hacen sacar fuerzas de donde no las hay, alguno incluso es capaz de arrancarte una sonrisa...


Paco está un poco tocado y se ha quedado un poco rezagado, le comento a su amigo que voy bajando, no quiero quedarme frío y empiezo otra vez a sentir cierta debilidad estomacal, además tengo amiguetes que me esperan en la Granja, ¡¡que ilusión, por fin tengo, lo que los americanos llaman "crew" en sus ultras!!.

Los primeros kilómetros de bajada son una tortura, mucha piedra suelta, camino poco claro y mucho desnivel, los pies empiezan a sufrir más de la cuenta y empiezo a arrepentirme del cambio de zapatillas, estas son más estrechas y mis meñiques empiezan ponerse "al rojo vivo", las rodillas también empiezan a quejarse, así que tenemos que bajar considerablemente el ritmo para no forzar las cosas más de la cuenta, pierdo muchísimo tiempo en este tramo, pero me lo tomo con calma, he llegado exactamente a la hora que había previsto en la programación y eso es todo un logro.

Llegamos a la Granja (80Km/16h), cojo un buen plato de pasta y busco un lugar donde sentarme, aparece mi equipo de apoyo, es hora de relajarse un poquito, me lo he ganado.


Como y hablo a la par que me quito las zapatillas, intento aliviar un poco la sensación de ardor de los pies, aunque la cosa ya no tiene remedio y tendré que tirar con lo que hay. Con la compañía y la charleta, el parón se me va un poco de madre, después de 25' me despido de mi tripulación con las fuerzas renovadas, pero con los pies entre algodones. Con la emoción estoy a punto de perderme un par de veces por el pueblo, menos mal que la gente está al quite y me avisa rápidamente.

Salgo con la idea de que lo peor ya ha pasado, estos 30 Km que faltan solo tienen la subida a la Fuenfría como única dificultad destacable, pero la verdad es que a estas alturas de la carrera, cada kilómetro parecen dos. Voy trotando lo que mis pies me permiten, al tema de los dedos se suma un pequeño roce en un talón y después de diez minutos tengo que parar y tirar de "compeed" para que la cosa no pase a mayores, al final, este tramo de 12 Km se me va a atragantar.

De tripas corazón, corremos hasta que la cosa empieza a joder seriamente, luego un rato de caminata para recuperar y vuelta al trote cochinero, solo pienso en quitarme este tramo de encima lo antes posible. Casualidades de la vida, me encuentro con unos amigos, no se quien se sorprende más, jejejeje. Agradezco la parada y la charleta, pero luego lo pago cuando tengo que volver a arrancar, ¡madre lo que cuesta ponerse en marcha!.

Casa de la Pesca (92Km/18h10'), llego al avituallamiento sin mucho que hacer, todavía estoy haciendo la digestión del plato de pasta de la Granja, así que solo necesito llenar los bidones, en apenas dos minutos estoy otra vez de vuelta al camino, sé que cuanto más corta haga la carrera menos voy a sufrir con los pies, como poco me quedan cuatro horas, así que cuanto antes nos pongamos, antes acabamos.



La suave subida de este ultimo tramo empieza a evaporarse y la pista empieza ya a ofrecer algunas rampas considerables, espero con una mezclar de curiosidad y ganas esa zona de ascenso, tan comentada en la charla técnica, antes de coronar el puerto de la Fuenfría. Dicen que te acuerdas de toda la familia del que trazó la carrera y... no me extraña.

La pista se divide y ya, sin mirar las marcas, sabes por donde va a ir la historia. La primera rampa es de esas que te quita el hipo, como voy fuerte, la subo con alegría y pensando "pa mis adentros" que tampoco es para tanto, pero según acabas de subir esos primeros 100 metros, aparece otra rampa,  y luego otra, y otra y cuando piensas que ya vale la bromita, viene otra de las que te hacen parar para tomar un poco de aliento. El final del puerto se adivina entre los pinos, pero acabas desquiciado y con miedo a levantar la cabeza y encontrarte con alguna "sorpresa" más. Finalmente veo un grupo de personas que nada más verme empieza a animar, me crezco y acabo la ultima rampa corriendo, para sorpresa y asombro de los presentes. Nos echamos unas risas mientras recupero un poco y rematar la faena.

Nos queda el tramo del camino Smith hasta el puerto de Navacerrada para "terminar" la carrera, es lo que me digo a mi mismo para no bajar el ritmo en este tramo, aunque se que luego me quedarán otros 10 Km hasta la meta, pero eso ya se hace aunque sea rodando.

Recibo un "whassap" de mi "crew" diciéndome que están esperando en el próximo avituallamiento, miro el reloj y veo que voy un poco retrasado respecto a lo programado, ahora ya voy jodido, hace rato que ya no disfruto de la carrera y solo pienso en llegar, los pies me están matando y veo las estrellas con cada pisada. Hace ya un rato que voy echando cuentas sobre mi hora de llegada, a mitad de carrera me conformaba simplemente con llegar de día y no tener que volver a sacar el frontal, pasados los kilómetros y viendo los ritmos que estaba sacando, empezaba a creer que podría bajar de las 22 horas. No es más que la "hornilla" lo que está en juego, pero me hacía cierta ilusión llegar por debajo de ese crono, y pensar que con ello podría optar a participar en la mítica Western States (solo hay dos carreras clasificatorias en España). De aquí al final es un no parar de hacer cuentas con kilómetros y ritmos.

Ya todo se me hace largo, y este tramo, que si lo pillas bien, es para disfrutar, lo paso al trantran, corriendo lo que puedo. Es un alivio ver por fín las pistas de esquí y llegar a la carretera que baja hasta el puerto, llego media hora más tarde de lo esperado, pero mis incondicionales seguidores están ahí, esperándome con los brazos abiertos, ¡¡QUE GRANDES!!.



Puerto de Navacerrada (101Km/20h27'), último avituallamiento, se masca la llegada, no lo quieres pensar porque sabes que esto, es como un partido de tenis, hay que jugar todos los puntos, pero es inevitable imaginarse a uno cruzando ya la linea de meta. Como voy bastante apretado de tiempo no puede entretenerme demasiado y después de comer y beber lo justo para estos últimos 10Km, me despido definitivamente de mis amigos y empiezo lo que va a ser una lucha encarnizada contra el crono.

No me esperaba ese primer kilómetro de ascenso antes de afrontar la bajada final por la Barranca, es lo que tiene no haber estudiado con detalle el recorrido, el tramo lo conocía porque subí por ahí a la bola del mundo en el MAM, pero lo que vino después, quizás fue más duro. Las cuentas empezaban a no cuadrar, no había podido apenas correr por la subida y la bajada era más técnica de lo que esperaba, el dolor que llevaba en los pies no me permitía apenas manejarme en esos senderos con piedra suelta, me pasan varios corredores, voy lento, muy lento, y así no hay nada que hacer... un par de kilómetros más abajo ya empieza a verse la pista, pero el trazado sigue por sendero, el tiempo ya va en mi contra y empiezo a pensar que no tiene sentido ir forzando. Por mis cálculos quedan unos 5 KM y tengo unos 25 minutos para llegar, eso implica que tengo que correr a 5 minutos el kilómetro, esto no tiene porque suponer un problema siempre y cuando no lleves más de 100Km en las piernas y los pies como si te los hubiese pisoteado el mismísimo Satán.

Veo por fín la pista, ahí está, ya no miro el reloj, me aprieto la mochila y cojo los palos con una mano, toca correr como alma que lleva el diablo, los pies me duelen, me arden, pero las ganas de llegar y hacerlo con ese tiempo, es como un chute de morfina mental. Voy pasando a todos esos corredores que me pasaron en el comienzo de la bajada, gritos de ánimo entre nosotros, ¡¡ESTO YA ESTÁ HECHO!!.


Miro el reloj con miedo, voy bien, ¡joder que si voy bien!, no se cuanto me falta, pero no pueden ser más de dos-tres kilómetros y aún tengo casi 15 minutos de margen, ya veo las casas de Navacerrada, ¡un kilómetro!, ¡solo un kilómetro!...

El mismo zig-zag por las calles del pueblo antes de llegar a la plaza, antes de llegar a la meta, antes de cumplir un sueño más en esta aventura del ultra trail en la que me metido tan de cabeza. De repente salen la rabia, la emoción, la furia, la satisfacción... todo explota a la vez en tu cabeza cuando cruzas la linea de meta.


Navacerrada (111Km/21h55'), estos últimos kilómetros a tope me han hecho más daño que los 100Km anteriores, pero la satisfacción de haber completado la prueba es tan grande que da igual todo, ahora no sabes bien donde ir, que hacer, tienen que pasar unos minutos para bajar de la nube.


Saludo a mi amiguete Alberto de los drinkingrunners, ha corrido la TP60 y me ha visto llegar (vaya grito que me pega llegando a meta), ¡gracias por la foto!. Deambulo un rato por la zona, mascando un poco toda la mezcla de emociones que te dejan estas 22 horas de carrera, la cosa ya ha acabado, toca volver a casa, toca... ¡¡QUITARSE LAS PUTAS ZAPATILLAS!!.

POST - CARRERA

... al final mis pies no estaban tan mal, en 24 horas habían recuperado su tamaño original, sin ampollas y sin uñas negras y las piernas bastante mejor de lo que cabría imaginar, quizás, lo más difícil de recuperar es la cabeza, ahora si cabe, más enferma de trail que nunca, ya solo pienso en la siguiente, y en la siguiente a la siguiente... ¡¡QUE MALA ES ESTA DROGA!!...

P.D.
Perdón por la chapa, pero es que, de momento, no se contar estas cosas de otra manera... ya cuando me haga más "profesional", haré mención al material y esas cosas que se ponen en los blogs respetables de trail. :-P.

y he aquí el testimonio gráfico de esta aventura...


1 comentario:

  1. Enhorabuena MIguelón, eres un crack en todos los aspectos. Es estupendo el montaje del video. La carrera fue tan bonita como dura; pero una vez hecha ya nadie te la puede quitar. Ahora a pesar en la siguiente. Un abrazo compañero

    ResponderEliminar